domingo, 25 de enero de 2015

Nuestras mascotas: Los caracoles

Fue en noviembre de 2014, coincidiendo con una semana lluviosa, cuando uno de mis peques trajo a clase un caracol que se había encontrado. Más tarde, llegó otro caracol y decidimos ponerlos juntos en una cajita, a ver si se quedaban con nosotros o los soltábamos en el campo. Ya decidiríamos más tarde.

Pusimos la cajita de plástico en la pizarra donde las tizas y cuál fue nuestra sorpresa que, al día siguiente, ¡ya no estaban los caracoles! ¡habían desaparecido!

Les dije a los peques que mirásemos por todos los rincones. Y vaya si miraron. Encontraron de todo y dejaron la clase inmaculada: Trozos de goma detrás de los muebles,  piezas escondidas detrás de las estanterías, ceras caídas debajo de las cajas... Lo típico que se va colando por los resquicios y no ves.

Pero los caracoles no estaban. Al final se convirtió en la noticia del día:

 
 
Pensamos en los motivos de por qué se podrían haber escapado y la mayoría llegó a la conclusión de que podrían haber ido a buscar comida. Hubo diversidad de respuestas: Si buscaban a su familia, si había alguna lechuga escondida en la clase, si querían volver a casa, etc. Y quisimos plasmar lo que había ocurrido pensando qué podría haber pasado:
 

 
La cosa es que no los llegamos a encontrar pero los peques siguieron trayendo caracoles. Así que habilitamos otra cajita -esta vez con tapa- para que no se fuesen.
 

 
 
Pasaron los días y llegó la hora de los preparativos de Navidad. En un rincón al lado de la pizarra tengo guardados los rollos de papel continuo y cogí uno que necesitaba de color rojo. Al salir hacia la sala de profesores oigo "¡clack, clack!". Dos sonidos de algo duro cayendo. Miro hacia abajo con el rollo rojo en la mano y ¿qué me encuentro? ¡¡Los dos caracoles!! ¡¡Me morí de risa yo sola!! Al parecer se habían escondido en el rollo y seguían vivos. ¿Sabéis lo que habían hecho? Se habían comido el papel.
 

 
 
¡Qué traviesos! ¡Me habían agujereado el papel hasta el fondo del rollo! Debían de tener hambre, sí. Cuando se lo enseñé a los peques se quedaron muy sorprendidos, no sabíamos que los caracoles se comían el papel.
 
Como había pasado un tiempecillo, ya habíamos habilitado un sitio mejor para tener a nuestras mascotitas. Los peques seguían trayendo caracoles que encontraban y pusimos junto a ellos a los dos caracoles escapistas. Ya teníamos unos cuantos. Cogimos una caja de plástico, le pusimos tierra de jardín, algunas plantas, piedras para refugiarse y humedad y alimento. En la web caracolpedia viene información de cómo cuidarlos.
 
Ah, nuestra compi Anna nos trajo un caracol grande con la concha pisoteada y pensábamos que se iba a morir, pero el papá de Jorge, que sabe mucho de animales, nos comentó que si lo cuidábamos, se podría regenerar y sobrevivir, así que se quedó con nosotros y lo tuvimos vigilado al estilo UVI.
 
Ya parece un lugar más decente

La red para dejarles respirar y que no se escapen

Los peques andan entusiasmados observando los caracoles

Miran, comparan, analizan, tocan, juegan, imaginan...

Algunos peques comentan que les gusta coger los caracoles porque la baba es buena para la piel

Hay que estar atentos porque los caracoles no van tan despacio
 

 
De repente, a los días siguientes nos llevamos una sorpresita algo escatológica pero no por ello poco interesante. Nos fijamos en los "desechos" de los caracoles escapistas -sus cacas, vamos-, y qué curioso, eran del mismo color que el papel:
 


O sea, que aquí está la prueba irrefutable de que habían sido los caracoles los que se habían comido el papel para aquellos que no se lo creían (que los había). Comen rojo: hacen caca roja. Lo que les hace pensar que si comen otros colores, la caca debería de salir de colores.

Un día Anna decide traer un pepino y una patata frita. Decido dejar solo el pepino porque leemos que si toman cosas con sal o azúcar les sienta mal. David en su momento también dejó unos caramelos en la caracolera, pero no quise arriesgarme y le expliqué que en lugar de experimentar vaya a ser que nos los cargásemos, mejor quitábamos los caramelos porque ya habíamos leído que les sentaba mal.

Como algunos peques no estaban seguros de si solo comían lechuga y creían que no se iban a comer el pepino que trajo Anna, dejamos el pepino al alcance de los caracoles a ver qué pasaba:


 
Y sí. Se comieron el pepino enterito. No dejaron nada. Solo mucha agua en la tierra. Debe ser porque el pepino contiene mucha agua.

 
En otra ocasión trajeron un champiñón grande y también lo pusimos.
 

Pero vimos que preferían la lechuga al champiñón. Así que no volvimos a darle champiñones.

Los caracoles no dejan de darnos sorpresas. Los peques tienen la costumbre de observar todas las mañanas la caracolera. Se han convertido en sus queridas mascotas. Y una mañana, los primeros que entraron a clase salieron corriendo a la puerta a decirme: ¡¡¡Seño, los caracoles han puesto huevos!!! Estaban realmente emocionados.
 



Un caracol grande los estaba expulsando por un agujero de su lateral y parece que luego los iban enterrando, porque al principio se veían bien pero luego los veíamos cada vez menos. Los huevos son blanquitos y blanditos, delicados. Confieso que más de uno ha acabado en las manitas de los peques y vete tú a saber qué habrá sido de él.
 
Luego están las bolitas blancas que sospechamos que son caracoles bebés, porque no estamos seguros de los que son. No son como los huevos. Son algo más duritos y parecen más caracolitos. (Nota mental: Traer una buena lupa a la clase).
 

Por cierto, si observamos en la foto superior, además de las minibolitas, hay restos rosa porque habíamos traído tomate y los tomates son rojos.
 
Total, que hemos decidido hacer un cuaderno de campo donde plasmar las cosas interesantes que observamos de los caracoles. Lo primero que hemos hecho ha sido coger un caracol y traerlo a cada mesa para que pudieran observar su fisonomía y hacer la portada de su cuaderno. Más tarde, ya que estamos bastante familiarizados, iremos poco a poco profundizando en su estudio.
 
La actividad de observación fue muy divertida porque los caracoles se salían de su vasito:
 






 
Lo pasaron en grande y también se pusieron a plasmarlos en tres dimensiones:
 
Un caracol

Aquí lo plasmaron con todo lujo de detalles
 
Bueno, esto no ha hecho más que empezar. Es una actividad paralela a otras tantas que estamos llevando a cabo. Veremos si al aumentar la familia tendremos que preparar otra caracolera más grande.
 
Los peques se lo están pasando genial con los caracoles. No sé realmente si el sentimiento es mutuo por parte de los bichitos, que espero que sí. Lo que pasa es que a veces tiene que incomodar que te pongan a hacer carreras o a recorrer manitas y brazos cuando no te apetece mucho. Esta es una manera de enseñar a los pequeños a respetar a los animales, entender sus necesidades y cuidarlos.
 
Por cierto, hablando de cuidarlos, gracias a todas las familias que se han interesado por los caracoles y han aportado material y comida para su cuidado. Hago mención especial a Ilya, quien nos trajo una lechuga enterita. Ya tenemos comida para semanas.
 

 
Continuará...

 






jueves, 22 de enero de 2015

Juego online de aprendizaje globalizado de lectoescritura: La cueva de Tragapalabras

He encontrado en el blog "La Eduteca" un enlace a una página del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte dedicado a la lectoescritura mediante juegos. Como reza en el inicio:

La Cueva de Tragapalabras es una aplicación multimedia que está concebida para servir como material de apoyo en el proceso de enseñanza y aprendizaje de la lectoescritura durante el primer ciclo de Educación Primaria y como recurso motivador en la iniciación a la lectura durante la Educación Infantil.

La aplicación reúne una serie de juegos basados en los métodos de globalización comprensiva de aprendizaje de la lectoescritura y diseñados con el fin de que el maestro los pueda incorporar a su método didáctico.
 

http://ntic.educacion.es/w3//eos/MaterialesEducativos/mem2007/cueva_tragapalabras/


Por último, me gustaría comentarle a mis familias que no se preocupen si al principio les cuesta un poco, pues ahora es cuando nos estamos iniciando con las minúsculas. No os preocupéis que irán cogiendo carrerilla. Por lo demás, nunca sobra tener recursos que se puedan aprovechar.

¡A jugar!

domingo, 18 de enero de 2015

¡Un premio para el nuevo blog!

No ha acabado Enero y empezamos el año estupendamente. El nuevo blog de la seño Carla ha sido reconocido con "The versatile blogger award". Por si no lo sabíais, ya había una versión anterior en la siguiente dirección: http://carlamaestra.blogspot.com.es/ 

Este blog es la nueva dirección donde nos hemos mudado y con ella espero seguir haciendo mi pequeña aportación a la comunidad educativa.

Continúo con la noticia de este reconocimiento que recibo con mucha alegría. Las normas de este premio son:

- Publicar la entrada agradeciendo a quien nos nombró:

 
Este premio ha sido otorgado por la maestra +Ana C.L., estupenda maestra que escribe desde "Las cositas de la maestra Ana". Os dejo el enlace a su blog que contiene muchos recursos e ideas.

 

- Poner la foto del premio.
Aquí está la imagen del premio: 





- Nominar de 5 a 10 blogs y poner el enlace.

Hay muchos blogs interesantes, lo cual dificulta la elección. Pero yo me he decantado por los siguientes, a los que doy mi enhorabuena desde aquí:


- Contar alguna cosa sobre nosotros.


Ciudadana del mundo, en mí confluyen el Este y el Oeste. Mi corazón, en lugar de dividirse, se multiplica. Y siento un inmenso agradecimiento al poder disfrutar de todo lo que la vida ha puesto frente a mí, a mi lado y también a mis espaldas.

Siempre con ganas de aprender, tengo la suerte de tener los mejores maestros: Mis pequeños alumnos y alumnas.

viernes, 2 de enero de 2015

Más regalos navideños para los rezagados

Viniendo de la entrada anterior, y como servidora ha seguido dando vueltas por ahí, he aprovechado para meterme en algún sitio que me pillaba de paso y he hecho más fotos de regalitos que me han parecido interesantes y a lo mejor menos conocidos que los de las grandes marcas.

He de decir que en puestos artesanos no me han permitido hacer fotos, con lo que seguirán siendo de tiendas, grandes superficies, cadenas o pequeños comercios.

Aquí más ideas para los más rezagados:


Con este juego puedes ver el crecimiento de una planta y cómo hace un recorrido para encontrar la luz y el aire. Lo he visto hecho de forma casera con cartones, pero si no queréis complicaros la vida y hacer un regalo para deleitarse con los sutiles cambios del crecimiento de una planta, este kit está bien. En Mahatma Showroom en el Entorno Thyssen de Málaga.



Esculturas tridimensionales encajando fichas de cartón duro. De todos los tamaños. Estos son de Mahatma Showroom. Uno grande y otro más pequeño.



Hay edificios, barcos, animales...





Estos puzles-esculturas tridimensionales son de la tienda del Museo Picasso de Málaga.


Estos son de animales. En el MPM también.


Set para hacer construcciones en 3D. Nosotros tenemos algo parecido en clase pero hecho de forma casera. En Mahatma también.


Yo no sé si esto será más para los papás y mamás aficionados a la saga. Son dos libros donde Darth Vader hace de papá de Luke y Leia. Quizás los peques no lo entiendan del todo, pero yo me reí mucho al ojearlos.


Un set para jugar haciendo esculturas con cañitas. En Mahatma.


Este juego es un clásico. Se llama Mikado y ayuda a la concentración, la paciencia y la motricidad fina. Yo jugaba a él de pequeña. Están los de tamaño normal, como un palo de pinchito, o este, que es de tamaño gigante. En Superskunk. En YouTube hay vídeos de cómo se juega. Es muy sencillo.


En Mahatma había varios modelos de casas de cartón, creo que unos venían pintados y otros para decorar ¿A quién no le gusta jugar a las cabañas y las casitas?


Con estas bolas diseñadas con atractivos colores se pueden hacer también esculturas tridimensionales. en el MPM de Málaga. Indagando para saber cómo funcionaban y cómo estaban unidas encontré también un curioso vídeo.


 

Este kit trae piezas imantadas para hacer figuras sobre una placa de metal. La placa se puede comprar en el Ikea o usar simplemente la parte de abajo del frigorífico para hacer todo tipo de figuras. En Mahatma.


Y este kit es para hacer cuentas de collares con papel. Se coge el papel que nos sobre y hacemos cuentas. Es una buena forma de reciclar lo que sobra.




Hay también una colección de libritos pequeños y que ayudan al aprendizaje de la lectura. Se presentan en formato minúscula o mayúscula. Son cortos y sencillos de leer y al final vienen algunas actividades. Yo los encontré en Prometeo. Puede que haya en otras librerías especializadas.





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